FSC-CCOO Extremadura | 21 noviembre 2024.

La igualdad en la ONCE, una asignatura pendiente

    El 17 de junio se celebró la reunión de la Comisión de seguimiento del Plan de Igualdad. En esta comisión participan de forma paritaria la empresa y la representación de las trabajadoras y trabajadores. En esta ocasión, la persona que acudía en representación de CCOO no pudo asistir y, contra todo pronóstico, el presidente del Comité Intercentros vetó la presencia de otra persona que sustituyera coyunturalmente a la designada por los órganos de CCOO.

    22/06/2015.

    Si bien la representación de la parte social en la comisión de seguimiento del Plan de Igualdad está vinculada al criterio de designación del Comité Intercentros, no es menos cierto que en todas las comisiones donde se participa por este órgano y a las que tiene derecho a acudir más de un miembro, se había venido respetando el criterio lógico de proporcionalidad entre los sindicatos presentes en el Intercentros. En esta ocasión, y a pesar de comunicar su disposición a acudir, se impidió la presencia del representante de CCOO. Una muestra evidente de que, en materia de igualdad, UTO-UGT no quiere voces discrepantes, pretendiendo hacer ver que todo está perfecto y que en la ONCE hay igualdad plena.

    Lamentablemente la igualdad está muy lejos de ser un hecho en la ONCE. Empezando porque el año pasado el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad desestimó la petición de la entidad para que se le concediera un distintivo que reconoce a las empresas en cuyo seno se pone en práctica una política de igualdad real, negativa plenamente justificada por no llevar a cabo una verdadera política de igualdad.

    En la ONCE existe brecha salarial, a pesar de que se empeñan en negar la evidencia, puesto que son mayoritariamente las mujeres quienes reducen su jornada para poder atender a las y los hijos menores de edad y a familiares en situación de dependencia. 

    También existe brecha salarial en cuanto a las retribuciones que perciben hombres y mujeres por el mismo desempeño profesional, pues en los grupos del personal auxiliar y técnicos los complementos y especialmente las gratificaciones son completamente opacas, por lo que afirmar que en la empresa todos y todas cobran lo mismo por el mismo trabajo no es cierto. Desde CCOO invitamos a la dirección a que nos demuestre lo contrario.

    Hay un uso abusivo del lenguaje machista y una reiteración en la discriminación de las mujeres por el hecho de serlo, las comunicaciones internas e incluso el propio convenio colectivo están repletos de expresiones que aluden en exclusiva a los hombres, olvidándose de que, por ejemplo, entre el personal auxiliar hay un abrumador número de mujeres que parecen no existir a tenor de cómo se redactan los documentos internos.

    La formación no sensibiliza al personal en materia de igualdad. Se limita a poco más que a hacer un repaso alucinante de la igualdad en España en los años del franquismo y tampoco existe promoción profesional con criterios de discriminación positiva hacia las mujeres. Ni tan siquiera los cursos de empoderamiento y de formación de mujeres en tareas de dirección y liderazgo tienen un reflejo mínimo en la estructura orgánica de la institución, donde el 80% de los puestos de gestión los ocupan hombres, o incluso yéndonos a un ámbito tradicionalmente mucho más igualitario como ILUNION, nos encontramos con un escandaloso reparto del poder entre hombres y mujeres, favorable a los primeros.

    Faltan por llevarse a cabo muchas cuestiones de las comprometidas en el Plan de Igualdad tales como la guía para las buenas prácticas de conciliación de la vida familiar, personal y laboral, unidas a la competitividad y la productividad. Esta cuestión se planteaba, desvinculada de la productividad, ya en el Plan de Igualdad de 2009 y sigue sin ponerse en marcha.

    Queda mucho por hacer en materia de igualdad. Estamos aún a una distancia abismal de poder afirmar que en nuestra empresa se practica una verdadera política de igualdad. Por ello desde CCOO no entendemos que ante propuestas de mejora se nos impida participar. Solo se puede entender esta actitud desde un punto de vista en que la igualdad es solo un concepto sin traslado a la realidad.